jueves, 29 de septiembre de 2011

Lachicadesiempre.

Estaba allí, en la misma mesa cerca de la ventana, tomándose lo mismo de siempre, un café bien cargado con sacarina, tardaba en acabárselo entre que examinaba finamente el periódico unos 22 minutos. Lo justo para darme cuenta durante días de que era increíblemente especial. No me parecía una chica excesivamente hermosa, tenía la nariz pequeña, unas mejillas prominentes, los ojos hundidos  y una mirada profunda, nunca llegué a mirarla fijamente a los ojos, pero lo sabía por como la miraba la gente, como cuando sigues mirando a unos ojos imaginarios unos segundos después de que te giren la mirada.  Vestía como una chica de los años 50, quizás con un toque vanguardista bastante selecto y generalmente de blanco. Solía llevar un moño un poco alto y  perfectamente definido. Me encantaba que llevase moño, podía divisar con facilidad su cuello. Pero sin duda  alguna, lo que más me gustaba de ella eran sus gestos. Tenía gestos que jamás había  visto antes en nadie, cuando leía alguna noticia que no le gustaba en el periódico, fruncía el ceño y se mordía el labio inferior mientras se acariciaba los muslos con rapidez. Cuando le sabía amargo el café se rascaba tímidamente la cabeza con el dedo índice, arqueaba las cejas y apretaba los labios. La taza de café la cogía por abajo y aunque fuese diestra pasaba las hojas con la mano izquierda. Son cosas en las que se suele fijar la gente.

A veces pienso que es cosa del destino encontrarla allí, en esa sencilla cafetería de barrio, quizás viva cerca o trabaje por la zona, aunque si viviese en el barrio, lo sabría, ya que nos conocemos todos. Entonces si trabaja, me pregunto qué hará. Siempre pensé que las chicas como ella solo podrían hacer una cosa, amar.

To be continued...

domingo, 11 de septiembre de 2011

Víctimas del exceso, exceso de víctimas.

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Herida por las tropas estadounidenses, Irak.
 
Una persona anónima para el mundo, pero él quizás para su desgracia, conocía demasiado bien al mundo. Ser demasiado listo siempre es una desventaja con dos sentenciales alternativas; o te hacen creer que eres idiota hasta acabar convenciéndote o te pisotean hasta que acates sus normas. “Demasiado” puede determinar innumerables términos dependiendo el contexto al que se atribuyan; demasiados coches, demasiado café, demasiada violencia, demasiado rencor, demasiada tecnología, demasiada comodidad… Y es que todo en exceso es contraproducente, demasiado contraproducente.


Ataque terrorista 11 septiembre.
 Víctimas del exceso, exceso de víctimas. Llegados a este punto mi pregunta es: ¿qué somos en realidad?, ¿víctimas, o es que simplemente es nuestra naturaleza?, ¿se trata de venganza o de egoísmo? Ojo por ojo, dicen. Si algo he aprendido desde que jugaba en el patio del recreo es que la violencia solo genera más violencia, ¿estamos ceñidos a seguir en medio del surco de una espiral infinita?, ¿quién es el verdadero culpable el que lanza la piedra o el que devuelve una roca? Pensemos fríamente ante las circunstancias que nos bombardean cada día y pensemos principalmente en las personas, personas que queremos, personas que se ríen o que lloran,  personas que piensan, personas que aprenden, personas que enseñan, personas buenas y malas personas pero personas. Por un momento todos somos ellas. No somos carne de cañón ni tiranos del destino. Pensemos dos veces.


Como anónimo intentó cambiar al mundo y como el mundo terminó  engulléndole.

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martes, 6 de septiembre de 2011

Como la verdad que nos cuentan se muestra diferente ante nuestros ojos.

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                                               De la película Googbye, Lenin.





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sábado, 3 de septiembre de 2011

Lluvia en septiembre.

Parece que se han puesto de acuerdo para bautizar la ciudad, dudando que tenga alguna inclinación religiosa. Tampoco decide sus habitantes, ni la gente que viene o la que se va. No creo que le importe que me esté mordiendo las uñas o que las gotas de rocío que se acumulan en mi ventana, alimenten el color anaranjado del óxido. Ahora se muestra impasible y sus aguas edulcuradas disfrazan la sensación de fatiga, producto de tanta hipocresía. Se dio por vencida, dice que se va a marchar para no volver jamás. Pero, ¿a dónde irán a parar ahora las ratas? ellas no deciden donde nacen.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Media luna y cadáver.

En medio de una autopsia sin anestesia. Síntesis de lo que la vida había declarado hace mucho tiempo. Borrachos jugando al póquer que apuestan hasta su mano izquierda, en ocasiones hasta su propio alma. Dejaron prevalecer su adicción por dos duros más. Pasaban los días y su único desayuno eran las colillas que recogia de la acera, ahora su trabajo sería vaciar botellas y su hogar si tenía suerte, algún recuerdo ajeno de lo que algún día fue. Conglomerado que acabaría con su vida.


Como la vida se convierte en nuestro propio veneno. Todo depende de la cantidad que estés dispuesto a someterte, pensaba.



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